14 sept 2008

20 de mayo de 2006

por Virginia


CRÓNICA DEL TALLER INFANTIL

Ese sábado habíamos quedado en juntarnos alrededor de las 13 hs en la biblioteca. Teníamos que terminar los esténciles para estampar las pecheras de los niños. La idea era darle el “remate” al taller de música que veníamos realizando desde el sábado anterior. Dos tareas importantes teníamos para ese día: construirle una nueva letra a la canción y decorar nuestras pecheras distintivas para presentarnos como grupo musiquero el domingo en la jornada cultural del club de Villa Argüello. Vale aclarar que la escritura de la nueva letra estaba pensada para el sábado anterior pero los tiempos y las situaciones no nos dieron para eso. Digo esto para seguir abonando a la idea de las inconmensurables distancias existente entre los papeles, (las ideas planificadas) y la práctica, (lo que verdaderamente ocurre en los frenéticos tiempos de las “marchas educativas”.)

Así que, silbando bajito, los juanitos fueron llegando. Ese día estuvimos: Nicolasa, Antulio, Gonzalo, Mercedes, Ailín, Manuela, yo y la debutante Josefina.

Después de una muy pedagógica discusión, presenciada por Agustín, sobre el orden las actividades del día (que las pecheras primero, que la letra después y al revés por que los chicos esto y porque nosotros lo otro...), decidimos comenzar haciendo las pecheras. Según los defensores de esta postura, los chicos estarían más calmos para la segunda etapa y, leche va leche viene, podríamos armar la letra de nuestra canción. Para la que se inclinaba por empezar con la letra, el cansancio de los chicos nos iba a jugar en contra a la hora de pensar y escribir una canción sobre el final de la jornada. Pero aflojó y aceptó, no muy convencida, la decisión de sus compañeros, a quienes les tiene mucha confianza, por cierto. Pero recuerden las palabras que supo pronunciar en una ocasión el benemérito Guillermo: “Hay que escribir, dejar constancia de las posiciones disidentes. ¿Quién sabe si alguna vez tendremos que volver a ellas?”[1]

Preparamos las pinturas en los vaporizadores mientras esperábamos que Eduardo nos trajera el esténcil con el motivo de Juanito Laguna. Llegó Eduardo con el papel para reproducir algunos esténciles que recortaríamos sobre placas radiográficas. Mientras Josefina se encargaba de esto, Manu preparaba pinturas, Gonzalo y Antulio pasaban lavandinas sobre las radiografías y marcaban con cañas el terreno infantil; Nico y yo salimos a buscar chicos y chicas por el barrio.

Media hora anduvo la caravana lagunera por las calles de Argüello y volvimos con diez pibes más o menos. Resolviendo conflictos, riendo, peleando... Nos estaban esperando para jugar al “nudo humano”, que de nudo poco tuvo y terminó en una ronda cantando una canción al son de la guitarra. Dos escenas estaban más allá de la ronda: al costado de la biblioteca, Gonzalo y Mercedes terminando, a los pedos, los esténciles junto a las visitas de agronomía mirando, todavía asustados, a estos locos que jugaron hasta que se cansaron. Y del otro lado, el “núcleo duro” (duro en dos sentidos, por lo difícil que resulta engancharlos en una actividad y porque, a pesar de lo anterior, proyectamos todas nuestras actividades y esperanzas en ellos): Daiana, Nico, Lautaro & Cía. que no querían acercarse a jugar.

Como no estaban los esténciles empezamos a escribir la canción. (Por errores técnicos, y no por total convencimiento de los talleristas, parece haberse concretado la idea disidente.)[2] El cadáver exquisito se transformó en un cuerpo viviente armado con pedazos de palabras que intentaban tener coherencia, rima, belleza (¿?) Así que adentros de la biblioteca unos escribíamos mientras otros esperaban afuera cantando. Cuando los de adentro salimos, el cadáver resucitó y no funcionó más, por lo que seguimos tratando de meter las palabras que habíamos llevado de disparadores (biblioteca, club, placita, barrio, Juanito Laguna, canchita...) en unas oraciones que dijeran algo de la manera más linda posible. Entonces en un afiche quedó escrito el hit del año que dice así:


A BIBLIOTCA ES MUY LNDA Y APRENDO A ESCRIBIR 2 veces

CUIDEMOS NUESTRO BARRIO Y LA PLACITA QUE LA ESQUINA ES PELIGROSA 2 veces


VILLA, VILLA ARGÜELLO ESTRIBILLO

VILLA, VILLA ARGÜELLO

JUANITO LAGUNA ES MUY LINDO Y NOS REIMOS MUCHO 2 veces

EN EL CLUB JUGAMOS A LA PELOTA EN LA CANCHITA 2 veces


Terminada la letra del puesto número 1 del ranking popular del 2006, nos hicieron señas de que los esténciles estaban listos. Entonces... ¡Al ataque! Soltamos instrumentos y nos abalanzamos sobre las pecheras que Anahí nos había cocido. Teníamos un poco más de 20 pecheritas, 2 esténciles de Juanito, un par de estrellitas y mariposas y 2 ó 3 vaporizadores. Empezamos probando, como siempre. Los primeros salían bastante feos hasta que implementamos la técnica de la esponja y, ahora sí, estaban buenísimas las pecheras. Logramos como un productivo de pecheras que íbamos colgando por ahí para que se secaran. Todo esto en un ambiente bastante agitado, paro no perder la costumbre. Es decir, volaban pecheras, esténciles, pinturas, esponjas y voces de: “¡Yo no tengo, a mí me falta....!” Creo que ese día pocos chicos se quedaron sin pechera. Eran más de 20 pibes. Pero los conflictos llegaron.... Parte del “núcleo duro” (Nico, Dai, Luciana & Cía.) empezaron a pelearse con algunas de las chicas, Brenda creo era una de ellas. Y salieron disparando con la letra de la canción. Antulio los corría y trataba de dialogar, mientras el resto de grupo observaba y tomaba la leche. Hablábamos sobre una posible solución del problema: No darle más importancia al asunto del que se merece, dejarlos que se vayan con la letra y ponernos a cantar. Cuando nos vieran cantando y jugando iban a acercarse solos. Parece gustarle muchos los desafíos a esos chicos. Y en eso son como nosotros... ¿No?



[1] Joda aparte, creo que no hubiéramos terminado de escribir la letra sobre el final del sábado y que las actividades que más esfuerzo intelectual requieren (porque escribir una canción no es nada fácil) hay que hacerlas primero. Pero se trata sólo de probar. Sabemos que el éxito de las actividades depende de muchísimos factores que va más allá de que los pibes estén o no cansados.

[2]¡¡¡ Otra joda...!!! (Aclaro para no herir sensibilidades y para salvarme de acusaciones sobre mi terca personalidad)

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