14 sept 2008

1 de julio de 2006

Por Mercedes

La jornada de trabajo comenzó temprano. Cercanas las once de la mañana, la Colo, Anahi, Ailin y Jose abrieron la Biblioteca. Como siempre, llegué tarde, pero presiento que esa mañana hubo jornada de trabajo, ya que la Biblioteca estaba concurrida, y cuando quién relata llegó, Leo y el hermano de Florencia (no sé su nombre) estaban bajando una heladera. También se vio terminadas las tareas que el Chino y Gonza estuvieron realizando el viernes (“relleno del suelo”, tapa del pozo del baño, etc)

Jose, Ailin y yo nos dedicamos a ordenar y limpiar, la Colo y Anahi ensayaban con los nenes y nenas las obras de títeres y preparaban los últimos detalles para el gran estreno: le pusieron el pelo a la títere de Nicol, trataron de convencer a Junior que no abandone su papel en su obra “tic, tac” (al parecer tuvo exigencias de actuación un poco presionadas desde su casa), solucionaron los problemas de altura con el teatrito, etc… Pudimos observar el compromiso y entusiasmo de los chicos con las obras, ya que la ensayaron toda la mañana y algunos se habían estudiando la letra a la perfección.

Al mediodía almorzamos con la gente que estaba trabajando en el Galpón (Leo, Luz, el señor de bigotes y no me acuerdo quién más). Los chicos, exhaustos de tanto trabajo, también almorzaron con nosotros. Terminado el pollo y los duraznos, comenzamos a prepararnos para encarar la jornada de taller infantil.

De a poco fueron llegando Manuela, la Nico, Gonza y la Chiru. Estábamos todos contentos porque hacía un día espectacular: mucho sol y hasta calorcito; rogamos porque el clima se mantenga así hasta el domingo.

Este sábado estuvo destinado a ser un preparativo para el cumpleaños, así que todas las actividades estuvieron en función a eso: terminar la bandera, hacer el mural para el cumple y las tarjetitas de “souvenir” para nuestros invitados… Para esto necesitábamos algunos materiales (temperas, crayones, tijeras, plasticota) y los fuimos a buscar, en un acto de desconcierto, a Arguello II (creo que no se llama más así). Manuela, Ailin, Jose y yo emprendimos la búsqueda de la casa que queda detrás de la palmera. Al llegar a la palmera nos dimos cuenta que ninguna sabía dónde quedaba Arguello II; dimos un par de vueltas, preguntamos algunas personas y volvimos con la frente marchita. La Colo con saberes colorados, nos explicó donde era y fuimos en bici a buscar las cosas que el taller de fotos nos iba a pasar. Las cosas no estaban, así que con la frente marchita regresamos otra vez.

Al regresar estaban ya casi todos los chicos y trabajando en un desorden perfecto: por un lado estaban terminando de remarcar las letras de la bandera y pintándose las manos con témpera para imprimirlas en ella; por otro estaban dele recortar, pegar, elegir fotos para armar el mural-collage de ¡tres partes! que íbamos a colgar para el cumple. Nico, Camila, Agustin y demás estaban haciendo rancho aparte detrás de la Biblioteca; cada tanto se daban una vuelta, pegaban alguna pincelada y volvían a su espacio, donde el amor y el exhibicionismo están provocando mariposas en la panza en más de uno. Junior venía corriendo a contarnos que Nico y Camila se estaban dando besos ¡y en la boca! y nadie les decía nada. Era lógico, los demás estaban demasiado ocupados mirando el acto, llenos de curiosidad, ganas y diversión.

La canción de Juanito estuvo presente, cada tanto mientras trabajábamos sonaba a lo bajo y a lo alto en toda Biblio. La hora de la leche llegó y con ella la finalización de un más que satisfactorio día de trabajo. Todas nos fuimos con una sensación de placer y regocijo que la plasmamos en unos maravillosos pasos de gatos, chacareras y carnavalitos, que Berta nos enseñó, dando inicio al taller de folclore.

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